Monday 23 June 2008

Slavoj Žižek: "La opción obligada de la libertad”

La opción obligada de la libertad

El punto fundamental de esta sección es comprender a cabalidad el tema de la elección forzada. Zizek a partir de las lecturas de Lacan concluye que la noción de “libre elección” es un imposible-real, una Elección Forzada, donde uno es libre de elegir siempre y cuando elija lo correcto [desde el paradigma del poder si se entiende bien]. En pocas palabras, es escoger lo que ya se nos es dado.

La construcción del sujeto psicótico justamente viene a partir del sujeto que piensa ser libre de esta paradoja, de esta posición de no poder escoger. Pero también la paradoja se halla en el tema del amor, no solo entre personas sino a un país. Zizek se pregunta, si se nos ordena amar a un país cómo puede funcionar si a priori el amor ha de ser libre? Pero si me mentalizo a ser libre, y buscar qué país amar, tampoco esto funcionaría a cabalidad. En resumen, el amor es una paradoja pues es una opción libre pero nunca en el presente sino de manera retroactiva.

Posteriormente, el autor se enfoca en la idea del Mal que a partir de Kant obtiene un carácter ético, un “asunto de principio”, una suerte de elección personal. Es así que Schnelling luego lleva más allá la idea kantiana y llega a implantar la diferenciación entre la libertad y conciencia. En otras palabras, el mal sería la consecuencia de la libertad del sujeto, de su decisión. No obstante, antes de nuestras decisiones conscientes, se halla una inconsciente. Esta decisión inconsciente del Mal está ligada a lo que Schnelling entiende como la “culpa excesiva”, de una culpa infundada e irracional. Un sentimiento de ser culpable de cosas que no pendan de nuestra decisión consciente.

“El carácter básico de todo ser humano es el resultado de una elección original, eterna, una decisión hecha desde siempre, aunque nunca tuvo lugar en la realidad temporal”.


Zizek entonces liga las ideas de Schnelling con lo Real lacaniano, en tanto lo Real es un “acto que nunca tuvo lugar” pero que permite a posteriori “explicar el estado actual de las cosas”.


Coincidentia oppositorum

Toda esta sección va a plantear una comprensión de lo Real. Por un lado, como una espacio que se resiste a ser simbolizado pero al mismo tiempo, un imposible de atrapar en su “naturaleza positiva”, es decir una falla en la simbolización de lo que se sólo se puede hablar a posteriori.

Entre las definiciones de lo Real lacaniano, podemos señalar éstas como las más importantes:

  • Lo Real es la plenitud de la presencia inerte, es decir, nada falta en lo Real. Pero al mismo tiempo, lo Real es un agujero, una apertura al orden simbólico. Lo Real es una encarnación de la falta, del vacío. Esto nos lleva al objeto sublime lacaniano, aquel al que no podemos acercarnos demasiado pues de lo contrario le quitaremos el velo fantasmático y veremos en su nada.
  • Lo Real no puede ser inscrito pero al mismo tiempo, lo Real es lo escrito en tanto se opone al significante.

Esta relación imaginaria de polos de oposición nos brinda la idea que son complementarios, “cada uno es lo que le falta al otro”. Sin embargo, en la relación simbólica, se abre un nivel diferencial. No es complementar al otro, sino tomar el lugar de la falta en el otro.

Ej: La mujer no es complementaria a un hombre, sino que ella encarna la falta de él.

En pocas palabras, esta sección nos brinda dos conclusiones. La primera es que lo Real es la imposibilidad de inscripción, aquello que se resiste a cualquier proceso de formalización. Y segundo, que lo Real lacaniano, es un objeto inasible. Que nunca podremos alcanzar (la paradoja de la tortuga y Aquiles). Inaccesible, es como la Cosa-en-sí kantiana, vacía.

Es aquí donde Zizek va ya configurando la siguiente sección con esta frase, entender el sujeto como una respuesta de lo Real.

“Podemos inscribir, circundar el lugar vació del sujeto a través del fracaso de la simbolización de éste, porque el sujeto no es sino el punto fallido del proceso de su representación simbólica”


Otro Chiste Hegeliano

La sección anterior ya iba configurando esta relación entre el Sujeto y lo Real. Como hemos estado viendo hasta este punto, el sujeto se va a ir entendiendo como un vacío, un fracaso de representación. En donde la subjetivación vendría a cubrir la falta inherente estructural del sujeto. Entonces, el sujeto es por un lado, un sujeto de significante y por otro, un sujeto escindido, dividido por la red significante externa.

“Para plantearlo de manera paradójica: el sujeto del significante es un efecto retroactivo del fracaso de su propia representación, por ello el fracaso de la representación es la única manera de representarlo adecuadamente”.


Es importante también tomar nota del desarrollo del concepto de la “negación de la negación”. Donde Zizek lo resume de esta manera:

“(ésta) no abole para nada el antagonismo, consiste únicamente en la vivencia del hecho de que este límite inmanente que me impide lograr mi identidad plena conmigo mismo, simultáneamente me permite lograr un mínimo de congruencia positiva por muy mutilada que sea”.


En pocas palabras, mi identidad se va construyendo a partir de mi negación, como en el caso del judío como punto de partida del antisemita. Entendiéndose así que la negatividad tiene una funcionalidad positiva, y en cierta manera, esta negatividad es previa a lo que niega.

¿Adónde nos lleva todo esto? Que estas direcciones aparentemente contradictorias, son en realidad las coordenadas de lo Real. En el ejemplo de Adorno y su definición de Sociedad, la esencia de esta está en la discordancia, en esta “Cosa-en-sí” escindida, “marcada por una falta radical”, y estructurada por un centro contradictorio. La sociedad no puede inscribirse como un todo cerrado, pues ésta no existe, ya que está desde el saque marcada por una imposibilidad.


El Sujeto como una “Respuesta de lo Real”

Finalmente, esta sección nos resume lo que ya hemos estado vislumbrando a lo largo del artículo. ¿Cómo entender al sujeto antes de la subjetivación? Recordemos primero que el sujeto es un vacío. La posición lacaniana entonces, lo entiende como una Respuesta de lo Real a la pregunta que plantea el gran Otro, ergo, el orden simbólico.

Esta pregunta que produce en el destinatario una vergüenza y culpa pues apunta a lo más íntimo, a lo que hay en mí más que yo, que paradójicamente me es interior y la vez exterior. Lo que Lacan llama éxtimo. Este objeto en el sujeto es la división constituyente del sujeto, la Cosa que atrae y repele que Lacan sintetiza de esta manera: $ <> a . Esta culpa, escinde al sujeto, lo divide, lo histeriza con referencia al objeto en él, en la dimensión que Zizek denomina la “pulsión de muerte”. El hombre, entonces, “está descarrilado fuera de los rieles por una fascinación con una Cosa letal”.

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