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Saturday, 17 May 2008

S. Hall: "Lo local y lo global: globalización y etnicidad"

Objetivo: rastrear algunas de las configuraciones cambiantes sobre esta cuestión de lo local y lo global, particularmente en relación con la cultura y la política cultural.
Perspectiva: la del Reino Unido.
Se hablará de los nuevos ímpetus que se perciben en el proceso de globalización.
El mundo fue subsumido por el imperialismo. La identidad de lo "inglés" se construyó en este marco. ¿Cuál es la naturaleza de esa identidad cultural que pertenece a ese momento histórico en particular?
El Otro colonizado fue constituido dentro de los límites de representación de dicho centro metropolitano. Los Otros fueron ubicados en su otredad, en su marginalidad, por la naturaleza del omnicomprensivo "ojo inglés". Ser inglés es conocerse a sí mismo en relación con otros. En ese sentido, la identidad es siempre una representación estructurada que sólo alcanza su sentido a través del ojo estrecho de la negatividad, de aquello que no es. Así mismo, una persona inglesa "legítima" era, claramente, un hombre inglés "legítimo" (abotonado, inexpresivo, acorsetado). Y esto es, en sí mismo, un tipo de etnicidad.

La etnicidad se ubica en un lugar, en una historia específica, representándose a sí misma como algo perfectamente natural y como punto estable de referencia. Pero, "lo inglés" nunca fue sólo eso. Fue siempre negociada contra la diferencia. Con el proceso de la llamada "globalización", esa forma canónica de relación entre una identidad cultural nacional y un estado nación está comenzando a desaparecer.

La identidad cultural nacional de "lo inglés" se está sosteniendo, en parte, debido al largo proceso de decadencia económica. De una posición de vanguardia, Gran Bretaña ha retrocedido cada vez más. Aquellas economías que se vinculan con la producción multinacional han fragmentado el terreno económico, político y social sobre el cual prosperaron nociones más antiguas acerca de "lo inglés".
Otro factor que ha ido erosionando "lo inglés" lo constituyen esas enormes y continuas migraciones de fuerza de trabajo que se volvieron tan habituales en el mundo de la postguerra. Por otro lado, la globalización también trae la creciente interdependencia internacional, tanto por parte de organismos y entidades internacional (OTÁN, Mercado Común Europeo, etc) como por el impacto de lo que se puede llamar ecologá global.

Algo se le escapa a la estructura de la globalización. "Lo inglés", se está defendiendo y ello se produce con un esfuerzo enorme. En todos lados, la cuestión de "lo inglés" radica en la contención. Cuando la era de los estados-nación comienza a decaer con la globalización, uno puede observar una regresión hacia una forma de identidad nacional, muy defensiva y altamente peligrosa, que está motivada por una forma muy agresiva de racismo.

Las nuevas formas de globalización son muy diferentes a esto. La nueva forma de globalización es americana. Tiene que ver con la nueva cultura global de los medios masivos de comunicación, en suma, está dominada por la televisión y las películas, por la imagen, por la imaginería y los estilos de la publicidad de masas.

Esta "cultura global de medios masivos" en primer lugar, permanece centrada en el Oeste y habla "inglés" (el americano), como un lenguaje internacional. En segundo lugar, se trata de una forma homogeneizada de representación cultural. Quiere reconocer y absorver esas diferencias dentro de un marco mayor y más englobante, un marco que es, esencialmente, una concepción americana del mundo. Una forma de capital que reconoce que sólo puede reinar a través de otros capitales locales, operando a través de ellas. Mercantiliza todo y trabaja a través de la especificidad, trabajando, a su vez, con fuerzas de trabajo muy distintas en términos étnicos y raciales. Y por eso hemos sido persuadidos de las capacidades integradoras y omnicomprensivas del capital. Son estas mismas contradicciones que el capitalismo debe de superar las que producen sus propias formas de expansión.
En suma, se describen nuevas formas de economía global y de poder cultural que, aparentemente, resultan ser paradójicas, multinacionales, pero a la vez descentradas. Y eso es, inevitablemente, hacia lo que vamos, hacia nuevas formas de organización socioeconómicas cada vez más descentralizadas. En las formas modernas de publicidad, por ejemplos, se nota este pluralismo, acompañado, a su vez, de un placer que no cesa.
El postmodernismo global no es un regimen unitario porque todavía continúa estando en tensión, dentro de sí mismo, con una concepción más homogénea de su propia identidad. El capital ha tenido que "negociar", incorporando y, al menos parcialmente, reflejar, las mismas diferencias que trataba de superar. Pero ello, implica un proceso de profunda inequidad.

El retorno a lo local suele ser una respuesta frente a la globalización. La marginalidad se ha convertido en un espacio poderoso. Y los discursos dominantes han sido amenzados por este crecimiento de poder cultural descentrado, que viene dado desde lo local y marginal, quienes entran en la representación recuperando sus propias historias ocultas. A partir de este fenómeno, el mundo empieza a descolonizarse.
Es precisamente un respeto por las raíces locales lo que se trae a colación para enfrentar el mundo anónimo e impersonal de las fuerzas globalizadas que no podemos comprender. Se trata de la recreación y la reconstrucción de los lugares imaginarios que son plausibles de ser reconocidos en contraposición con el postmodernismo global. La búsqueda de éstos mismos ámbitos es lo que el autor llama "etnicidad".

La "etnicidad" es, por ende, el espacio necesario desde el cual la gente puede hablar. Las márgenes se sitúan en un lado para ello. Con el centro debilitándose, las diferencias empiezan a escapar. La patria no está esperando que las nuevas etnicidades la redescubran, hay un pasado del que apropiarse, el cual debe ser tomado como historia. Y la gente que está implicada en estos, quiere hablar, pero desde su percepción del mundo cosmopolita. Quieren hablar cruzando los límites, a través de las fronteras.

Lo principal, las contradicciones persistentes entre las cosas que buscan apropiarse de otras cosas y las cosas que tratan de escapar de su intento de apropiación, es una dialéctica que nos muestra que la globalización no termina con todo.

Monday, 17 March 2008

Stuart Hall: "The Meaning of new times"

La idea central del texto es encontrar un sentido a la expresión Nuevos Tiempos. Y esto empieza por una discusión reflexiva de cómo la sociedad va cambiando y transformando a los ciudadanos.

En la ambigüedad de la definición de los Nuevos Tiempos, se parte de una raigambre política, con el encumbramiento de una nueva derecha en Gran Bretaña y cómo la izquierda se tuvo que asimilar a este proceso histórico. Desde otra perspectiva, este término también tiene sus bases en los cambios no sólo políticos pero económicos y culturales en las sociedades capitalistas occidentales que crearían el escenario para estos nuevos tiempos. Un ejemplo es cómo el gobierno de Thatcher moldeó estas características para su propio proyecto político.

Por otro lado, al referirnos a estos términos como post-industrial, post-moderno, entre otros, inferimos dejar una etapa atrás. Alan Touraine y André Gorz por ejemplo, advierten que el cambio hacia estos nuevos regímenes de producción reemplazarían a viejas formas de clase en lucha por estos nuevos movimientos sociales. A este nuevo, entra a colación la expresión Post-Fordismo, haciendo referencia a Henry Ford, sugiriendo una nueva era en la producción en avanzadas sociedades industriales especialmente en occidente. Las principales características de este fenómeno serían:

a) un cambio en las tecnologías de información
b) formas de trabajo especializado
c) tercerización de servicios
d) industrias de alta tecnología
e) decline de la clase obrera
f) presencia de multinacionales
g) globalización de mercados


Así, aunque el Post-Fordismo tiene una clara relevancia en el aspecto económico, no deja de impactar en el plano social y cultural, implicando una debilidad de solidaridades colectivas o una fragmentación social, en la aparición de nuevas identidades y fundamentalmente en elecciones individuales a través del consumo.

Un punto a tomar en cuenta, es el difuso límite entre lo subjetivo y lo objetivo, donde el individuo se vuelve más importante que el sujeto colectivo. Del mismo modo, la idea del sujeto como un todo ha cambiado hacia uno fragmentado, hacia uno de innumerables e incompletas identidades.

Otro aspecto, es el lenguaje. Post-modernismo hace hincapié en las características de estos Nuevos Tiempos. En lo estético y en la omnipresencia de la imagen. En la forma más que en el contenido. En la nostalgia y evocación al pasado.

Por otro lado, no se debe perder de vista que post-modernismo hace referencia a la lógica del capital. Tanto es así, que la dinámica del capital es el motor de los cambios culturales en la sociedad e incluso de las relaciones sociales de ésta. El desequilibrado desarrollo del capital a través del orbe, redefine el mundo y sus barreras. Un claro ejemplo es lo que hasta hace un tiempo se conocía como el Tercer Mundo, con países que ahora son parte de esta economía de mercado.

No obstante, estos Nuevos Tiempos y la modernidad presentan claras paradojas. Como la abundancia material y de producción que contrasta con la cabalgante pobreza o en un aspecto social, con la gran diversidad que se encuentra con fragmentaciones sociales y aislamiento, o la constante innovación tecnológica pero que es guiada por un consumo de falsas necesidades.

Respecto a la dimensión cultural, estamos hablando de un cambio en la concepción del término cultura. Es decir, hacia una naturaleza netamente material, donde la estética e imagen han invadido al sujeto sin distinción de géneros o credos, haciéndolo victima de la vorágine del marketing y el consumo. A este punto se abren interrogantes. Se puede hablar de una democratización de la cultura?

De la misma manera, se habla de una expansión de la sociedad civil, relacionada a cómo hombres y mujeres operan en estos niveles, vida laboral, sexual, social y familiar. Este cambio de actitud hacia la sociedad civil influye en lo que se puede llamar “nueva ciudadanía” donde los derechos y responsabilidades del sujeto implicando un socialismo dedicado a la diversidad y diferencia. No obstante, esta multiplicación de puntos de poder y conflicto implicarían también marginalización.

Respecto a estos puntos de conflicto, se habla sobre la reproducción social. Aquí se habla de la relación entre lo simbólico y lo material, incluso el consumo cayendo en esta categoría. Y de acuerdo a Baudrillard, “en el mundo moderno, los objetos también son signos, mientras que nos relacionamos con el mundo de la cosas tanto instrumental como simbólicamente.” El quid del asunto no es tanto el consumo, sino que más personas aún de escasos ingresos entren al juego de adquirir cosas para significar lo que son.

Por otro lado, se pone en relevancia la cuestión de género e identidad. Todas las prácticas sociales, son en el fondo una manera de dominación social, inscritas y de cierto modo aseguradas por la diferencia de género e identidad. Hacia este tipo de racismo cultural, el objetivo de los Nuevos Tiempos es reforzar el concepto de diversidad cultural e identificación étnica, la que daría al sujeto una manera de sentido de pertenencia en el mundo. En otras palabras, darle unas coordenadas de existencia por lo que se infiere que se apunta a un sentido global y local al mismo tiempo y que no se puede hablar de Nuevos Tiempos sin nuevos sujetos. Es decir, transformar el mundo sin transformarnos a nosotros mismos.