Monday 30 June 2008

B. De Sousa Santos: "Hacia una concepción multicultural de los derechos humanos"

La mayor preocupación de Boaventura de Sousa Santos es encontrar un diálogo cultural basado en el reconocimiento de los derechos humanos. Para ello, el autor acuña el término “hermenéutica diatópica” que dado el carácter incompleto de cada cultura, ayudaría al diálogo entre estas. Así, se podría construir un marco donde los derechos humanos sean el motor de una política incluyente.

El primer paso en el trabajo del autor es encontrar las tensiones que afectan la modernidad y el diálogo cultural.

  1. Entre la regulación social y la emancipación social. Donde la emancipación ha dejado de ser el otro de la regulación para pasar a ser el doble de ésta.
  2. Entre el Estado y la sociedad civil. Si los derechos humanos surgen como un freno a un Estado violador de éstos, la tensión aparece cuando el Estado ahora tiene que ser un garante del cumplimiento de los mismos.
  3. Entre el Estado Nacional y la globalización. La autoridad del Estado erosionada por el avance de la globalización plantea la duda del desplazamiento de los derechos humanos.

¿Cómo concebir a los Derechos Humanos? El autor planeta conceptualizarlos como una forma de cosmopolitismo, un proyecto cosmopolita y no como formas de localismo globalizado, que fomenten choques culturales. No obstante, esta tarea no resulta sencilla en la medida que la búsqueda de universales es una tendencia occidental y en donde el discurso sobre derechos humanos obedecen a intereses económicos y políticos. Ante esta coyuntura, también se han desarrollado marcos alternativos, concepciones no occidentales de derechos humanos que busquen un dialogo intercultural.

Pero para llegar a este punto, es necesario tener ciertas condiciones:

  1. Trascender el debate sobre el universalismo y el relativismo cultural. En cambio, proponer diálogos interculturales.
  2. Comprender que es necesario encontrar preocupaciones isomórficas entre las culturas. Un concepto no puede ser aplicable en todas las culturas, no es universal.
  3. Toda cultura es incompleta. Por tanto, es necesario elevar la incompletud cultural para una concepción multicultural posible.
  4. No todas las culturas tienen el mismo concepto de dignidad humana.

El diálogo intercultural pone énfasis en la diferencia. Y sólo a partir del reconocimiento de la diferencia se producen e intercambian argumentos. La hermeneutica diatópica apunta justamente a desnudar la cultura, mostrarle tan incompleta como sus argumentos. Sólo a partir de este reconocimiento de la falta, se puede dar el diálogo y la comunicación.

“elevar la conciencia de la incompletud a su máximo posible participando en el diálogo, como si estuviera con un pie en una cultura y el otro en la restante. Aquí yace el carácter diatópico”.


Resumiendo los argumentos que el autor plantea respecto a la hermenéutica diatópica, ésta permitiría hablar desde la concepción de los derechos humanos occidentales o desde una posición religiosa hindú, pues todo discurso como ya hemos visto se presenta inherentemente vacío e incompleto. No existe una idea de verdad total y por tanto, cada una puede tomar algo de la otra, no para completarse sino para reformular su propio discurso.

“El reconocimiento de la incompletud y debilidad recíproca es una condición sine qua non para un diálogo intercultural”.

Respecto a los derechos humanos, es pertinente resaltar que las reivindicaciones emancipadoras son contextualizadas para cada cultura local en clara alusión a evitar la canibalización cultural de los sectores hegemónicos. Un ejemplo muy interesante, lo da respecto a la posición de la religión islámica frente a los derechos humanos. Luego de una tensión de ideas, se concluye que la dimensión religiosa es necesaria vindicarla y no renunciar a ella, y la posición cosmopolita de los derechos humanos sólo puede darse dentro de un marco religioso ilustrado. En líneas generales, la conclusión es que la hermenéutica diatópica requiere de un saber colectivo y participativo. “Conocimiento como emancipación más que conocimiento como regulación”.

Dificultades del multiculturalismo progresista:

Entre los principales contratiempos para un adecuado debate multicultural, podemos señalar la necesidad de una contemporaneidad simultánea de las culturas. Con ello, se alude a qué tan difícil es que dialoguen dos culturas cuando entre ellas existe una relación de subordinación, colonialismo o similares, que afecten el diálogo cross-cultural. Esto derivaría a que ciertas partes del diálogo sean impronunciables, que ciertas demandas de una de las partes no sea tomada por la otra.

Otro aspecto a tomar en cuenta, es la incompletud necesaria para empezar el debate cultural. Algunos arguyen que sólo una “cultura completa” puede entrar al dialogo intercultural sin el riesgo de ser absorbida o totalmente silenciada. Por ese camino, se entiende la lectura que sólo esta cultura hegemónica puede darse el lujo de verse incompleta sin el peligro de ser diluida en el diálogo. No obstante, si una cultura se ve a sí misma como completa, ¿qué necesidad tendría en el diálogo? Una solución posible sería elevar los estándares del diálogo al punto que no sea posible una conquista cultural, pero no tanto, como para que sea imposible dialogar.

Pero además, son necesarias al menos unas coordenadas, unas condiciones, que hagan plausible que este diálogo intercultural se lleve a cabo. El autor los resume de la siguiente manera:

  1. De la completud a la incompletud: Un punto harto repetido en el texto, punto nodal de la hermenéutica diatópica, es tener conciencia de la inconsistencia de la propia cultura.
  2. De versiones estrechas a versiones amplias de culturas: Si ya hemos entendido que las culturas no son completas, es lógico entonces que no sean cerradas, estables. Al contrario, presentan una amplia variedad interna y este punto, en el punto más amplio de la reciprocidad, en donde el reconocimiento de la otredad tendrá lugar.
  3. De tiempos unilaterales a tiempos compartidos: Tanto este punto como el siguiente tendrán enfocados a la posición hegemónica. Esta idea se basa en la necesidad de no forzar el dialogo a la conveniencia de la cultura más fuerte, sino buscar una simultaneidad en la necesidad de dialogar.
  4. De partes y asuntos impuestos unilateralmente, a partes y asuntos escogidos mutuamente: El diálogo cultural debe ser sobre un asunto que ataña a ambas y no sólo a los intereses de una. “A inquietudes comunes de las cuales emerge el sentimiento de incompletud”.
  5. De la igualdad o la diferencia a la igualdad y la diferencia: Es la idea básica de no sólo respetar la diferencia sino de a partir de ésta poder construir una política multicultural. “Las personas tienen derecho a ser iguales cuando la diferencia las hagan inferiores, pero también tienen el derecho a ser diferentes cuando la igualdad ponga en peligro su identidad”.

3 comments:

Anonymous said...

Muy bueno lo comprendi mejor muy bien elaborado.

Anonymous said...

Muy bueno lo comprendi mejor muy bien elaborado.

Romina Rodriguez said...

Muchas gracias por realizar este análisis, es más comprensible que el original,porque vas al grano.