Wednesday 25 June 2008

Elin Diamond: "Performance and Cultural Politics"

Performance puede entenderse desde dos coordenadas. La primera, como la realización de un acto y la segunda como el acto realizado. Entiéndase, como el flujo entre el pasado y el presenta, la presencia y la ausencia. Cada performance delimita un espacio único temporal que contiene vestigios de performances y escenas ya desaparecidas. Como una lectura bajtiniana, se da una polifonía y concatenación de hechos que nos remiten a un paso antes de la producción de la performance. En pocas palabras, no se puede hablar de performances sin tomar en cuenta los estudios culturales, aspectos políticos, y otros nexos de nuestra visión de historia.

No obstante, la posición que se toma en este texto sigue el supuesto postmoderno que no hay un real inmediato y que ninguna presencia que no sea también un vestigio de lo que intenta excluir. Así, si una performance incorpora rastros de unas anteriores, también produce experiencias cuyas interpretaciones dependen de previas experiencias. El punto central del texto será enfocar la performance como una práctica que reactiva símbolos, reinventa ideas, dándole forma a la vida social.

Un aspecto a tomar en cuenta es la relación entre performance y el teatro. Desde los 60, la performance se ha configurado lejos del encorsetamiento del teatro, y no sólo desde la producción física, sino también desde coordenadas como la sexualidad, las convenciones de rol, saliendo del dominio del autor, etc.

“En línea con reivindicaciones postestructuralistas de la muerte del autor, el enfoque de la performance actualmente ha cambiado de la autoría al efecto, del texto al cuerpo, a la libertad del espectador para crear y transformar significados”.


Como vemos, el punto de partida es una lectura deconstructivista, en donde el significado de la performance no esté completo en sí misma. Por ello, es válido rescatar cómo se señala el uso que Judith Butler de la performance para subrayar la ficcionalidad de una “ontológicamente estable y coherente identidad de género”. El centro de este argumento es justamente percatarse que el género es performativo en esencia. Este concepto proviene de J. L. Austin en donde la performance produce aquello a lo que se refiere, “no existe si no se está haciendo”. Creo vital rescatar esta frase de Butler: “género es la repetición estilizada de actos” con lo que regresamos al inicio. El género es un hacer, la realización de un acto pero también un acto realizado.

Otro aspecto a tomar en cuenta respecto a la performance es el observador. Uno performa en público, para un otro, que paradójicamente, están interpretando sus roles conmigo en un juego teatral que crea relaciones en lo real.

Por este motivo, la importancia de la performance es ver en su puesta en escena, cómo ésta vela y disimula convenciones que damos por hechos naturales. “No existe un poder que actúa, sino un acto reiterado que es poder en su persistencia e inestabilidad”. Esta intromisión a la sustancia de las redes sociales y culturales permitiría una mejor comprensión de la cultura y las emergentes nuevas posiciones de sujetos y perspectivas.

En resumen, el trabajo de los estudios culturales, es poner sobre el tapete al mundo humano como un constructo histórico y político, y no como lógicos hechos naturales. Y de esta manera, al desnudar las estructuras de poder, plantear estrategias de resistencia a límites institucionales y jerarquías.

No comments: